
TEATRO PARA JÓVENES
El Teatro para jóvenes, cualquier que sea su formato, está demostrado que es beneficioso y productivo a muchos niveles. Uno de ellos, precisamente, en el desarrollo de la identidad adolescente.
Motivación, expresión, creatividad, emoción, equipo… El teatro construye lo que más peligro corre: El “libre pensamiento”. Te enfrenta a tus miedos, a tu timidez, te hace avanzar, pensar, despierta tu sentido crítico. Lo que diferencia al cine del teatro es que, en el segundo, por cercanía, se crea una empatía recíproca público-actores/actrices. Te zarandea en el mismo instante en que lloras o ríes con las palabras de los autores.
“Atrévete a errar y soñar. Profundo significado se encuentra a menudo en obras de teatro infantiles” (Friedrich Schiller)
¿Cómo enganchamos a nuestros jóvenes? Por pura conexión y modos existen muchos, pero la persona que les guía debe de saber cómo crear esa unión de confianza en probar algo que les fascinará antes o después.
ADAPTACIONES DE CLÁSICOS POR Y PARA JÓVENES
Si le dices a un adolescente que se lea o que explique “La Iliada” de Homero, verás un gran gesto interrogante en su rostro. O aún peor, un gesto de respulsa.
Pero si haces lo que “La Joven Compañía”, adaptas la obra a su medida, y le presentas el tráiler: Como mínimo, despertarás su enorme curiosidad. Y hemos querido escogerlos de ejemplo, por su trayectoria en esta área y felicitarles por su bien merecida doble candidatura a los Premios Max 2017.
EDUCACIÓN TEATRAL PARA ADOLESCENTES
Hablamos de educación y no de formación porque son cosas, aunque complementarias, muy diferentes.
Nuestra experiencia nos dice que si creamos un espacio de interacción horizontal, con un Director que será su guía, los adolescentes son capaces de hacer cosas realmente increíbles. La técnica la pueden aprender en los sitios de formación superior de arte dramático o ser un hobby.
Nosotros hablamos de otra cosa. Tienes que conseguir una conexión y confianza casi inmediata o no conseguirás lo más esencial: su atención.
Conseguida ésta, el Director tiene que ser capaz de llevarlos más allá de sus propios límites. De un verdadero trabajo en equipo, que es el único modo de asegurar el éxito. Vencer la timidez. Crear esa adicción por el escenario. De pensar que, los aplausos, son sólo un instante: Lo verdaderamente importante es el camino recorrido antes del aplauso final.
Y es uno de los trabajos más gratificantes, porque te regala momentos increíbles. Cada vez que un joven consigue algo “que no creía capaz de hacer”, es que le acabas de regalar unas alas para volar hacia sus sueños.